Hoy para ser relevante debes ser controversial. ¡No caigas en la tentación!
Desde hace algunos años he visto emerger grandes ministros y ministerios, personajes y personas, que tomando un punto de controversia se han lanzado al «estrellato». Nos damos cuenta que cada vez que se es controversial llama la atención de la masa; por otro lado, esa misma persona publica algo para la disciplina o el bien espiritual, es dejado «en visto».
Lamentablemente el morbo, el amarillismo, la caída de los artistas y sobre todo la controversia doctrinal ha ganado audiencia sobre cualquier estudio bíblico inductivo personal y el compromiso con las congregaciones locales y la misma sociedad —nuestro vecino ni sabe cuánto sabemos de doctrina ni tampoco le sirve nuestra confesionalidad.
Las páginas trolles han abundado y se han llenado de seguidores y se han convertido en las iglesias de muchos que no tienen congregación o que no les satisface la doctrina que comen. Es trágico el encontrar risas en la condenación otros, no por el hecho de que estén equivocados al pensar eso, sino que, si esa condenación es real, ¿cómo reírte de la tragedia o la ignorancia de los otros?
Hoy cualquiera es hereje. Si no crees tal o cual doctrina estás destituido de la gloria de Dios. Se les dedica horas y horas de investigación queriendo encontrar una frase equivocada para hacer nuestra denuncia; el cazahereje se ha convertido en un oficio que trae dividendos, claro todo fundamentado en Judas 1.
Pero el llamado de hoy es a amar de verdad; no a sacrificar la verdad ni ser ambiguo (como muchos nos pueden denunciar), sino a amar de verdad: Amar al enemigo, como Jesús enseñó. Si, hay muchas herejías. Si, hay muchos herejes consumados. Si, debemos hacer algo, pero ¿es correcta nuestra actitud de enojo, exasperación y odio sobre nuestros enemigos herejes?
Escuchaste que fui dicho, ama sólo a los de tu denominación, más yo te digo, ama a todos por igual. No seas controversial. No seas pendenciero sino amable para los que se oponen a la doctrina, quizá Dios conceda el arrepentimiento.
Más bien con toda paciencia y doctrina en amor exhorta; a los ancianos como a padres y a los jóvenes como hermanos o hijos, como si de verdad quisieras que alcanzaran perdón y no condenación.
Ámalos no los odies. Velos como seres humanos que no han alcanzado perfección ni madurez espiritual o se han desviado sin pensarlo de la línea de la verdad.
Antes, ora por ellos sin cansar, pues es más poderoso lo que Dios pueda hacer por esa intercesión que lo que harán tus denuncias. Ama a tus enemigos, aún a los herejes. ¡Sé diferente! No los mates, ama a los herejes.
Aclaración: sin sacrificar la verdad, obvio, no vaya a ser, mejor lo aclaro. Paz en Cristo.
Tomado de Cristiano de 4 Puntos