Libro: Cartas a la Iglesia, Autor: Francis Chan.

Lo primero que diré es que, tengo que volver a leerlo. Éste libro puede ser el punto de quiebre entre el modelo tradicional de «hacer» la iglesia que heredamos del modernismo (por anclarlo en una era). Cuando comencé a leerlo no tenía expectativas y terminé sorprendido.
La historia es real, un pastor con gran potencial como Chan, una historia de éxito en la congregación que fundó (Cornestone), y un cambio «sacrificial» para replantear la manera de ser iglesia. El libro es una especie de descargas contra la iglesia, similar al mensaje de las 7 iglesias del Apocalipsis. Pero estas descargas o diagnósticos no son meras quejas de un espíritu altanero que dice, yo estoy bien y ustedes mal, desde el principio se ve una humildad poco reconocible en autores actuales.
Básicamente propone que, la iglesia debe cambiar su modelo actual, porque la mayoría de países donde «falta» el Evangelio, está prohibido. Todo eso aunado a muchas desventajas que tiene formar iglesias muy grandes para promover el amor y la comunión los unos con los otros. El cuerpo del libro apunta a cambios profundos, no una mera repetición sistemática de temas doctrinales. Es un desafío a convertimos en cristianos más maduros y profundos.
El capítulo 9 es el mejor, a manera de conclusión nos cuenta como implementó toda esos desafíos y esa revolución en su carrera pastoral, y como finalmente abandonó su idea de mega-iglesia en la que ya estaba construida. La analogía que hace en ese capítulo entre los negocios de grandes cadenas de hoteles y la empresa Airbnb es digna de mención y discusión posterior.
Para no entrar en spoilers, allí la dejo. Deben de leerla todos los pastores y líderes, al menos. Y, sin duda, este libro debería convertirse en un planteamiento que cada iglesia debe hacerse en este siglo XXI. Sabemos que existen algunas propuestas ya planteadas de nuevas maneras de hacer iglesia, por ejemplo el movimiento emergente que puede ser muy cuestionado y por eso, no confiable.
Por esto creo que esta propuesta es una alternativa más sustentada en el corazón bíblico que en lo externo. Por eso creo que debe tomarse en serio: algo debemos cambiar ya. El «modelo de negocios» es inviable (debe leerse así entre comillas).