15. Y perseveraban en la Oración
Casa de Oración Rancho Nuevo | 31 de Agosto de 2014 | Jonathan García | #CEO
15. Perseveraban en la Oración
Hechos 2. 42Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
Bosquejo:
1. Lo que no es
2. ¿Qué es la oración?
a. Entrar en el Lugar Santísimo
b. Exaltar, Alabar y adorar.
c. Acción de Gracias
d. Súplica [ruego, peticiones]
3. ¿Por qué orar?
4. ¿Cómo orar?
Extracto:
Hermanos, la oración significa que tú y yo entramos a la presencia de Dios; al lugar Santísimo. Y que tenemos comunión con él. ¿Ves que no es sólo arrodillarse y recitar algunas palabras? No es sólo presentarle nuestros temores, y aspiraciones, pensamientos y una lista de peticiones. No. ¡Es estar con el Dios vivo, en comunión! Estamos en su presencia. Esto es lo primero que debemos aprender con respecto a la oración. Por eso no podemos tomar a la ligera. Por eso la insistencia de la necesidad de orar.
Sólo después de tener esta certeza de que estamos frente a Dios, y comenzando con adoración y acción de gracias, es tiempo de presentar nuestras peticiones, con toda oración y súplica. Debemos evitar ser egocéntricos de simplemente querer “algo” de Dios. Antes de comenzar a pedir, debemos estar conscientes que es un privilegio muy grande estar en su presencia, de que nos escucha, y tenemos comunión con él. Les diré que la mejor parte de la oración es estar en comunión con él; frecuentemente se nos olvida pedir al encontrarnos con el Dios de paz, que nos llena y nos transforma allí en su presencia. Lo mejor de la oración no son las respuestas, sino estar con nuestro Dios.
Lo último de la oración es lo que pensamos regularmente que es lo primero. Muchos creen que orar es pedir; y dicen: “Para qué pedirle a Dios, si él siempre hace su voluntad”. Porque orar no es pedir, eso es lo último de la oración. Y sin embargo a Dios le place cumplir su voluntad ya determinada por medio de la oración de sus fieles; ¡qué hermosa verdad!
La oración es el acoplamiento de las causas primarias con las secundarias. Es el empalme de nuestro débil cordel con el relámpago del cielo. Cuán asombroso resulta que Dios quiera hacer su obra mediante las personas. Resulta doblemente asombroso que él ordene cumplir sus planes mediante nuestra petición de que los cumpla […] Hay una cosa que a Dios agrada más que bendecir al mundo. Le agrada bendecir al mundo en respuesta a las oraciones. — John Piper
almo 51.4-6 David sabía de su condición. Él sabía que no estaba limpio, ¿cómo tener comunión con Dios así? ¿Cómo poder tomar de su mano santa? Necesitamos un mediador. Si pudiéramos encontrar alguien que pueda al mismo tiempo, entendernos y permanecer en la presencia de Dios… En otras palabras, nosotros estamos aquí en la tierra y Dios en el cielo, ¿hay un camino de la Tierra al Cielo; entre el hombre y Dios; del pecado a la santidad?
Esta es la realidad cuando estamos conscientes de quién es Dios y quién somos nosotros. Nos damos cuenta que en nuestras fuerzas la oración es imposible. Pero gracias a Dios hay una solución a nuestros problemas, existe una respuesta a estas preguntas:
Hebreos 10. 19Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne.
Sólo hay un camino que fue planeado por Dios y abierto por el Hijo de Dios. Por su cuerpo quebrantado abrió el camino a Dios, el único.
Por eso la enseñanza es primero; no nos acercamos simplemente a Dios, sino que lo hacemos por medio de Jesucristo, por el amor de Cristo, y en el nombre de Cristo. La oración por medio de Cristo es el único camino que nos conduce a su presencia. Oramos en el nombre de Cristo, él intercede a la diestra del padre, es nuestro abogado (1 Juan 2.1). El Diablo te dirá: ¿Quién eres tú? Recuerda lo que hiciste, lo que pensaste. Pero nosotros responderemos: “por medio de Jesucristo, amén”.